Por Manuel Ruiz Urrestarazu
Queridos amigos:
Gracias a la generosidad de mis compañeros de la Junta General del Colegio de Ingenieros de Montes, Junta de Gobierno y su Decano-Presidente, D. Eduardo Rojas Briales, recibo este año una inesperada y muy grata Medalla de Honor del Colegio por mi actividad en el Sector Público.
Cuando en junio de 1959 finalizaba en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza el primer curso común, Plan 1957 y ante el abanico de opciones para escoger la carrera a seguir, cotejé los programas de Ingenieros Agrónomos y de Ingenieros de Montes, decantándome enseguida por esta última en base a mis afectos hacia los árboles en el paisaje y a mis vivencias de niñez y primera juventud.