Luis Andrés Orive: «Hay que ir abriendo la visión de la naturaleza que se acerca a al ciudad»

Anillo verde de Vitoria

Se cumplen 25 años desde la creación del anillo verde de Vitoria, que dotó a la ciudad de una infraestructura verde hoy muy demandada pero pionera a finales de los 90 del siglo pasado. Luis Andrés Orive, su creador, tuvo visión de futuro al conectar medio ambiente y ciudad por medio de un conjunto de parques periurbanos de alto valor ecológico y paisajístico enlazados, que rodean casi por completo la ciudad.

“Como doctor ingeniero de Montes venía de una trayectoria académica en la que los temas de bosques urbanos estaban en mi ADN y tuve la suerte de que coincidir con un alcalde muy sensible a estas cuestiones, que entendía que el modelo de ciudad con fuerte perspectiva socioecológica le cuadraba y lo impulsaron incondicionalmente. Esta actitud era entonces, y creo que todavía lo es, una “anomalía” respecto a las dinámicas generales del urbanismo”, explica Orive.

Vitoria es hoy una ciudad verde, como reconoció el título de European Green Capital otorgado por la Comisión Europea en 2012. Y este año, coincidiendo con el 25 aniversario del anillo verde, que se ha convertido en un icono de la ciudad, Vitoria es el lugar elegido para la celebración del Día Internacional de los Bosques, que precisamente tiene como lema: “bosques y ciudades sostenibles: vivamos en ciudades más verdes y saludables”.

Luis Andrés Orive                              Responsable técnico del CEA de Vitoria

Al frente del Centro de Estudios Ambientales de Vitoria (CEA), creado a finales de los 80, Luis Andrés Orive persigue dos objetivos básicos: “Uno de carácter técnico y científico, que es proyectar los mejores escenarios de sostenibilidad urbana y territorial, y otro, la sensibilización ambiental. En estos escenarios ecológicos avanzados tratamos de seguir lo que decía Unamuno del paisaje y el paisanaje, que deben estar hermanados para evitar el fracaso”.

Venimos de épocas especulativas y gestión alocada del territorio, en particular en las periferias. En origen, todas las ciudades tenían unas periferias maravillosas, donde había campo, que nos lo hemos cargado en las últimas décadas en favor de un movimiento de modernidad que ha llevado a edificar en estas zonas ciudades deportivas, de la justicia, aparcamientos disuasorios…”, resalta Orive.

Una modernidad que ha ido en detrimento del territorio, “y el campo” en particular. Y con ello infinidad de bosques y montes comunales. Parte de nuestro trabajo al crear el anillo verde, fue recuperar esa huella de bosques comunales que de manera muy precaria y muy degradados estaban ahí testimonialmente. Fuimos tirando del hilo del bosque y agua y fue saliendo un anillo verde alrededor de Vitoria”.

Un anillo verde del que la capital alavesa se siente orgullosa, pese a que en los comienzos no era una demanda social. “Ahora está más en consonancia con lo que los habitantes de las ciudades demandan, pero hace treinta años la gente no iba pidiendo anillos verdes. Se pedían otras cosas, más pisos y más baratos, y asfalto en mejores condiciones.  No había una conciencia como la que puede haber ahora, y fue una “anomalía” empezar a restaurar estos espacios. Aún sin una gran demanda social, si hay un equipo técnico cuyo trabajo consiste en hacer propuestas para generar modelos más ecológicos, y un alcalde que da cancha, se puede lograr, como hemos demostrado”, reflexiona el responsable técnico del CEA

Hoy Vitoria tiene una gran proporción de áreas públicas verdes, lo que garantiza que toda la población viva a menos de 300 metros de un espacio verde. Se han implementado medidas  para conservar e incrementar la biodiversidad. Se controla la flora y la fauna, se reduce la fragmentación del hábitat siempre que sea posible y se han introducido medidas para disminuir la contaminación lumínica. Además de ser áreas recreativas y hábitats naturales para la vida vegetal y animal, las áreas verdes también tienen un propósito educativo: los jardines comunitarios, por ejemplo, permiten estudiar horticultura.

Cierre del anillo Verde

“Hay todavía una de las zonas, las más tensionada urbanísticamente, en el sur, que está sometida a conflictos duros, y en las que ahora mismo no hay un gran parque, pero sí que hay campo. Soñamos con un parque fuerte ahí, como remate del anillo verde en su zona más sensible de conexión con los Montes de Vitoria, de unas 15.000 hectáreas, que son el alma de ciudad aún sin formar parte del anillo verde”, explica Luis Orive.

Los montes de Vitoria, resalta el director del Centro de Estudios Ambientales de Vitoria, son una cadena de montañas próxima a la ciudad en el sur, que “han pervivido milagrosamente y que alimentan los ríos, arroyos y campos que conforman el anillo verde. Aunque los Montes no forman parte de los parques periféricos tienen una parte sustancial en todo el sistema”.

El parque de Larragorri, uno de los proyectos incluidos en la Estrategia 2025 de Vitoria-Gasteiz, permitirá cerrar el Anillo verde en la zona Sur mediante la derivación de los ríos Abendaño y Zapardiel, la creación de un gran espacio verde que resolverá los problemas de inundabilidad de la zona en clave de naturaleza y la generación de una gran balsa para prácticas deportivas y de ocio.

Fachadas verdes

Junto al Anillo, las fachadas verdes de Vitoria, han sumado a la hora de convertirse en Ciudad Verde: “Nosotros optamos por desarrollar proyectos de infraestructura verde urbana atractivos para el gran público y desarrollamos la fachada verde de más grande Europa con especies autóctonas”, destaca Orive. Un tapiz vegetal vertical de 1.000 metros cuadrados que cubre la fachada del Palacio de Congresos Europa, un edificio de 1989, que después de su reforma se ha convertido en un referente de la arquitectura sostenible.

Pese a todo, considera que estas medidas, tienen un efecto puntual en la pérdida de biodiversidad, “aunque pueden ir formando una imagen más fuerte y atraer a la ciudadanía a los valores de la naturaleza. Los proyectos desarrollados han tenido gran éxito. En la avenida del ensanche, se cambió una cloaca por el río que pasaba unas décadas antes, se renovó la fachada del centro cívico y se creó un jardín en altura. Pero no son más que cuñas para ir abriendo esa visión de una naturaleza que se acerca a la ciudad y que tiene que ir impregnando no solo el ocio sino también la forma de pensar para que la ciudadanía empiece a entender los beneficios de la naturaleza también en la ciudad”.

Acerca de Pilar Quijada Garaballú

Gabinete de Prensa COIM
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