La madera que permitió conquistar el mundo

© Fundación Nao Victoria

Nuestro mapa del mundo es muy diferente del que se manejaba en el siglo XV, antes del descubrimiento de América en 1492. Aquel primer viaje, impulsado por una mujer, Isabel la Católica, supuso un antes y un después en la concepción del mundo y la navegación.

Tres décadas después se iba a producir otra hazaña sin precedentes movida por intereses económicos, la primera vuelta al mundo. El militar, explorador y navegante portugués Fernando de Magallanes (1480-1521), apenas un niño cuando Colón descubrió el Nuevo Mundo, se proponía circunnavegar el globo para llegar a las Molucas, «las islas de la especiería». Aunque estaban situadas en aguas españolas, el acceso era difícil por las trabas que ponía Portugal para que los castellanos llegasen hasta ellas navegando por sus aguas.

Casi tres años llevó esa empresa, que suponía dar la vuelta al mundo para alcanzar Las Molucas. Fue en los albores del siglo XVI. Una hazaña que se ha comparado a la de la conquista de la Luna. El 10 de agosto de 1519 cinco naos de madera (Santiago, San Antonio, Trinidad, Concepción y Victoria), impulsadas de nuevo por la Corona, partieron del puerto de Sevilla con 245 tripulantes. Al frente, Hernando de Magallanes. El objetivo, llegar a Las Molucas sin pasar por aguas portuguesas. Una empresa que prometía fama y dinero… a los supervivientes.   Continuar leyendo