«Uno de los nuestros», el documental que muestra los incendios forestales desde dentro

Agosto de 2005.  Un incendio quemó 800 hectáreas en Casavieja, Ávila. Tardó dos días en ser controlado y llegó a tener un perímetro de 10 kilómetros. Pero lo peor fue la muerte de un bombero forestal, Javier Tirado, por un desprendimiento de rocas. Doce años después sus compañeros siguen rindiéndole un sentido homenaje cada año, para recordarle. “A Javi, por lo que nos diste”, reza un monolito en el lugar del accidente. Otro, le recuerda en el Parque de Casavieja. Su memoria sigue viva entre quienes le conocieron.

Este incidente es el “germen” del documental “Uno de los nuestros”, dirigido por Paco Quintas, con guión de Esther Fernández. Mañana, día 30, se estrena en Madrid, a las 20.30 horas, en los cines Séptimo Oficio de Las Rozas. Lo impulsan los Bomberos forestales de la Comunidad de Madrid. Después de la proyección habrá un coloquio con participación de agentes forestales de la Comunidad de Madrid. Las entradas  se han distribuido en la plataforma de cine bajo demanda Youfeelm, aunque ya no hay ninguna disponible. La sala está llena.

El objetivo del documental es ofrecer una aproximación al día a día de quienes combaten los incendios forestales “de la mano de la ciencia, la ecología y la investigación, pero sin olvidarnos del factor humano, del trabajo en equipo y del liderazgo explicado por la psicología y la experiencia de distintos profesionales”.

Paco Quintans

Paco Quintans. Director del Documental

“El documental es la historia humana que rodea al incendio de Casa Vieja, lo que la sociedad desconoce y necesitamos explicar. Narra cómo superan la pérdida de Javier Tirado y qué pasa después. Explicamos el antes y el después”, explica Paco Quintans, que durante tres años ha seguido a los bomberos forestales con la cámara en mano, entre las llamas.

“Para la mayoría de nosotros, el fuego suele ser una columna de humo lejana, solo están cerca ellos, los profesionales que luchan en la extinción. Y tiene que tomar decisiones difíciles de entender, como dejar arder una parte para poder salvar otra o salir de algún sitio donde sus vidas están en peligro. Y priorizar, primero están los pueblos, las personas. Las decisiones  tienen que ser muy rápidas y precisas para salvaguardar la vida. El bosque al final se regenera pero si uno muere eso si que ya no se puede recuperar”, destaca Quintans.

 Algo que refleja muy bien el documental, narrado por los protagonistas que trabajaron en la extinción del incendio de Casavieja. Muchas personas fueron a ayudar, y todos creían saber lo que había que hacer, sin ver el peligro en el que se estaban adentrando. Cuando la brigada decide alejarse de la zona de “hombre muerto” donde se habían metido, viendo el peligro inminente, la gente no lo entiende y se lo reprocha. En la retirada, “uno de los suyos” se quedó en el camino…

“El técnico tiene que velar por la seguridad, pero cada integrante tiene su propia alerta, y esto es importante por si a alguien se le escapa algo, el viento que cambia, la posición en que se encuentran… hay muchos factores. Eso les hace funcionar como equipo e integrarse. Son muy profesionales y lo hacen todo de una manera muy meticulosa. Pero todo puede cambiar. En el incendio de Casavieja, parecía que todo estaba bajo control y de repente todo cambia. Ellos saben dónde se meten y cómo funciona el fuego. Pero eso la sociedad no lo ve, porque no se le ha enseñado. Se ve muy bien con el ejemplo del agua, cuando un río crece y su caudal se multiplica la gente sabe que no puede cruzarlo, pero cuando está frente a las llamas, la gente no es tan consciente de dónde puede venir el peligro. En Portugal, quienes se metieron en aquella carretera en Pedrograo probablemente no veían el peligro que suponía. Y esa es una de las cosas que le dan valor al documental, el divulgar todo esto”, explica Quintans.

La ciencia del fuego

Junto al factor humano, el documental recurre también a la “ciencia de fuego”, y de la mano de prestigiosos profesionales explica cómo se desarrolla un incendio, qué factores hacen que pueda cambiar en cuestión de segundos, o por qué los incendios actuales se comportan de forma diferente a los de hace una década. “El cambio climático llegó a los incendios forestales en la década de los ochenta, como explica en el documental Marc Castellnou, jefe del Grupo de Apoyo de Actuaciones Forestales de los bomberos de la Generalitat Catalana. Desde entonces han cambiado los incendios. Hemos frenado la resistencia del bosque apagando todos los incendios, porque impide que se adapte al nuevo clima que se está imponiendo. Los expertos que intervienen en el documental te explican qué va pasar y a qué nos vamos a enfrentar en el futuro”.

“En el documental no hay narrador, lo que se decía era suficientemente polémico para no sacar las palabras de sus bocas, todo lo cuentan los expertos”, destaca Paco Quintans, que reconoce que le costó trabajo reducir todas las horas de grabación a los 75 minutos que dura la proyección. “Se ha quedado mucho material fuera”.

Los años de rodaje junto a las brigadas de extinción han calado en Paco Quintas, que ahora ve las cosas de otra manera: “Los expertos hablan de la adaptación del bosque mediterráneo a distintos tipos de fuego. A mí me costó entenderlo, no es fácil de asimilar. Con entrevistas y lecturas, al final ves que el fuego no es bueno ni malo, es la cantidad lo que puede ser malo”. Y resalta como anécdota, que tras ver el documental, esa fue la conclusión a la que llegó un niño de once años: “El fuego no siempre es malo”.

Labor divulgativa

Pero como advierte Quintans, no es un concepto fácil de entender: “En un incendio forestal, La sociedad ve peligrar el trabajo de generaciones e intenta que los expertos hagan lo que no se puede hacer, porque su vida corre riesgo. Y ese conflicto se soluciona divulgando, enseñando, formando a la sociedad. En el momento que hay un fuego, las decisiones están en manos de los expertos que tratan de controlarlo. Antes sí se puede hacer prevención, para evitar que lleguen a territorios poblados. Esa divulgación es muy importante para concienciar a la población”.

En este sentido, Quintans destaca la labor la Fundación Pau Costa con el proyecto MEFyTU (El bosque mediterráneo, el fuego y tú. “Van a una escuela y hacen un bosque de papel, con hojas de periódico. Enseñan a los niños la diferencia entre un bosque gestionado y otro que no lo está a la hora de arder. En el bosque gestionado, hay ganado, se saca leña. Y al niño le queda claro que aquello arde con menos facilidad”.

Una gestión que necesariamente “va más allá de hacer cortafuegos. Es el mantenimiento del medio rural el que a su vez mantiene los bosques de forma racional con el uso diario. Lo que pasa es que hemos abandonado la naturaleza y ella no tiene problema en crecer. Si sabes esto tienes que gestionarlo y evitarlo, sino te acabará comiendo el fuego”, explica Quintans, con la lección bien aprendida después de la experiencia de tres años de rodaje. Una experiencia que hizo que las brigadas le vieran ya casi “como un integrante más del equipo”.

“Al principio siempre entraba al lugar del incendio con la unidad helitransportada o con retenes y he interiorizado el protocolo que siguen para estar siempre en lugar seguro. Después, he intentado tener esa manera de actuar en la cabeza. Como me decían, del fuego no te pues fiar nunca, es un buen  maestro pero mal alumno. Fíjate, aprende y no te fíes”.

A lo largo del rodaje, además de aprender, hubo algunas anécdotas, como la del micrófono que se derritió: “En una quema controlada bajo una cubierta de pinos, la gente que apagaba un fuego que sube por los árboles, está muy cerca de la llama. Y han llegado a registrar 114 grados en sus equipos de protección individual (epi), según salían de esa zona cero. En una de las grabaciones, el micrófono de la cámara se deshizo aunque la llevaba protegida contra el fuego. Lo advertí porque algo resbala por mi mano. Soy de Asturias y pensaba que me iba a afectar más el calor, pero estás en un trabajo y te has metido tanto que el calor no te afecta, estás en otra historia. Tienes que beber, hidratarte, comer, y todo esto en medio del fuego.”

Sin embargo, lo que más sorprende, cuando estás entre las llamas, es el sonido: “El crepitar es lo que más te llama la atención. En el documental hay sonido de la naturaleza que se alterna con el del incendio, y este lo ocupa todo. Es lo más espectacular”.

Después de esta experiencia tan intensa, le extraña que ante un incendio los periodistas sólo pregunten por “el pirómano” que lo ha provocado. En su opinión, parte de la información que ofrecen los medios de comunicación, “no es veraz, no se han documentado. Un incendio es complejo, con muchos temas alrededor, pero quedarse en buscar el culpable y los años de cárcel que le corresponden no es la solución. Hay que saber por qué los incendios cada vez son más grandes y por qué están cambiando. No ayuda mucho que se hable de terrorismo ambiental. No hay que buscar complots. Hay que mirar el campo, cada vez hay menos gente en los pueblos, más leña abandonada y menos ganado ayude a limpiarlo”.

Ahora espera que su documental, distribuido de momento a demanda en la plataforma Youfeelm, reciba el espaldarazo necesario para pasar a la gran pantalla por el valor que tiene, para concienciar de que la forma de los incendios está cambiando. Y la forma de enfrentarse a ellos también debe evolucionar.

Acerca de Pilar Quijada Garaballú

Gabinete de Prensa COIM
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3 comentarios

  1. . Lo impulsan los Bomberos forestales de la Comunidad de Madrid. Después de la proyección habrá un coloquio con participación de agentes forestales de la Comunidad de Madrid.??

  2. Un documental muy recomendable. Mantiene la emoción hasta el final y además es muy ilustrativo a la vez que divulgador. Se aprende mucho del trabajo de los forestales y del fuego. Todo el mundo debería verlo para entender los incendios y a lo que nos enfrentamos todos como sociedad.

  3. Hola, donde puedo comprar una copia del documental??
    Gracias.

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