Una reflexión sobre el Máster en Ingeniería de Montes

En 2010 comenzó la implantación, en Europa, del Espacio Europeo de Educación Superior con el objetivo de lograr la convergencia y compatibilidad de los sistemas universitarios de los países que integran la Unión Europea, y de otros países que quisieran adherirse, al objeto de favorecer la movilidad y empleabilidad de los titulados. Esta Educación Superior se articula en tres ciclos: Grado, Máster y Doctorado. La titulación de Grado tiene en España una duración de 4 años y equivale y habilita, en el ámbito de la ingeniería, a la profesión de Ingeniero Técnico. Es el caso de los Grados de Ingeniería Forestal o de Ingeniería Forestal y del Medio Natural que se imparten en España y habilitan a la profesión de Ingeniero Técnico Forestal. Nuestro título de grado es más bien generalista ya que la única especialidad reconocida es la de las Industrias Forestales, ya que la de Explotaciones Forestales recoge el resto del ámbito competencial de la titulación.

El Máster en Ingeniería de Montes es un máster profesionalizador, como en todas las ingenierías, y habilita al ejercicio de la profesión de Ingeniero de Montes. Su duración en España es variable, según las Universidades, oscilando entre 72 y 120 créditos. Sirva de referencia que un curso son 60 créditos.

Desde el comienzo de la impartición del Máster, hace ya cuatro años, se viene observando una falta de interés o atracción del alumnado que ha cursado el Grado en Ingeniería Forestal por realizar los estudios del Máster en Ingeniería de Montes. Esta falta de atracción puede deberse a múltiples factores entre los que me interesa destacar dos:

  1. No se visualiza que el Máster, y por tanto la profesión de Ingeniero de Montes, aporte un valor añadido respecto a la profesión de Ingeniero Técnico Forestal. ¿ Estudiar el Máster me abre nuevos nichos de trabajo, me da nuevas competencias profesionales, me da más oportunidades de empleo ? ¿ Existe una demanda de esta profesión en el mercado laboral ?, son preguntas frecuentes que me realizan todos los años los alumnos. La realidad es que a día de hoy fuera de la Relación de Puestos de Trabajo de las Administraciones públicas no existe un demanda real de Ingenieros de Montes diferente a la de Graduados en Ingeniería Forestal. Pero, ¿ por qué antes de la reforma del establecimiento del Espacio Europeo de Educación Superior si existía una demanda de la titulación de segundo ciclo (Ingeniero de Montes), cuando las competencias no han variado? ¿Qué ha cambiado? La respuesta puede estar en el aumento de un año de la duración de la formación del primer ciclo, es decir, del título de Grado. El graduado en Ingeniería Forestal de 4 años se reconoce mejor formado y con más garantías de éxito de lanzarse al mercado laboral con esta titulación exclusivamente.
  2. El diseño del Máster, en cuanto a los contenidos mínimos que debe desarrollar su plan de estudios, es poco atractivo. La orden que regula la titulación exige desarrollar tres módulos formativos: a) Industrias y Energías Forestales, b) Planificación y mejora forestal a escala territorial y c) Organización de empresas y política forestal y del medio natural, con un mínimo de 20 créditos cada uno de ellos. Este contenido convierte a la titulación, en un porcentaje importante de sus créditos, en un máster generalista. Este diseño, común a todos los másteres de ingeniería, difiere del carácter general que tienen los másteres, que suelen ser de especialización. En nuestro ámbito los másteres de especialización son extraordinariamente diversos: incendios, caza, gestión forestal, construcción, bioenergía, cambio climático, restauración ecológica, hidrología, sanidad vegetal, riesgos naturales, geomática, gestión de espacios naturales, etc.

Esta realidad sitúa al alumno en una disyuntiva ante la elección del máster: especialización versus profesionalizador-generalista. La elección se suele decantar hacia la primera opción, mucho más atractiva en contenido y, posiblemente, en expectativas de trabajo.

¿Qué hacer ante esta situación? ¿Cómo podemos poner en valor el Máster en Ingeniería de Montes?

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donwhite84 (CC0), Pixabay

Comprobado que no es suficiente su carácter habilitante y las competencias asociadas a la profesión de Ingeniero de Montes creo que se debe trabajar en mejorar su contenido. ¿Cómo afrontar esta tarea? Las soluciones pasan por la realización de un diagnóstico más fino que el realizado en estas líneas que permita conocer con más precisión las demandas del alumnado y las demandas laborales del mercado. Las soluciones, por tanto, pueden ser varias, entre las cuales podría plantearse diseñar un Máster en que el alumno pueda especializarse en alguno de estos ámbitos disciplinares. Esta especialización podría ir combinada con disciplinas instrumentales de carácter transversal, con metodologías docentes que aproximen al alumno al mercado profesional, con propuestas docentes de carácter internacional, etc. Soluciones pueden haber muchas, pero hay que empezar ya a trabajarlas. Es nuestro futuro.

 

Jesús Pemán García

Professor Titular d’Universitat
Universitat de Lleida
Departament de Producció Vegetal i Ciència Forestal

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Un comentario

  1. José Manuel Cabrera

    La Maestría es valiosa y digna de respeto cuando es específica: en Dendrología, en Estadística Forestal, en Caminos y Construcciones Rurales, en Tala y Transporte de la madera por ejemplo pero, cuando se dan maestrías como la de Yale: «Maestría en Ciencia Forestal», el título alcanza el grado máximo del absurdo (ser especialista en lo general), lo que produce una clase especial de monstruos de la desinformación que, cuando llegan a dar clases en alguna Universidad llegan a hacerle daño a la cultura forestal de un país desde el lugar en que más daño se le puede hacer. Conozco al menos el caso de un Ingeniero Agrónomo con esa clase de maestría destruyendo forestales en una Universidad.

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