La biomasa: una oportunidad para el sector forestal

Un año más, los profesionales de la Bioenergía se darán cita en Valladolid, en la última semana de septiembre de 2017, para participar en la feria de referencia para el sector.

Desde el Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, queremos destacar la oportunidad que representa la bioenergía para el sector forestal nacional.

Una oportunidad para el mercado

Es ante todo una oportunidad para generar actividad económica en los montes, proporcionar ingresos a sus propietarios y fortalecer las cuentas de resultados de las empresas forestales, desarrollando el pilar económico del sector.

El Tercer Inventario Forestal Nacional puso de manifiesto que los montes españoles pueden proporcionar anualmente más de 46 millones de toneladas de madera (M Tm) y hasta 60 M Tm de madera y leñas, de los que no estaríamos aprovechando más allá del 40 o 50%, frente a una tasa de extracción media en Europa que supera el 66%.

(Ver el Informe de Situación de los Bosques Españoles, SECF-2013)

Considerando la indiscutible necesidad de continuar capitalizando los montes, para afianzar su proceso de recuperación y desarrollo, parece razonable destinar entre el 25 y el 33% del crecimiento anual a la densificación de los bosques. Mediante un cálculo muy sencillo, de regla de tres, podemos estimar que, sin amenaza alguna para la sostenibilidad de los montes y los recursos forestales del país, podrían extraerse entre 7 y 15 M Tm adicionales cada año, e incluso puntualmente llegar a extraer 25, sin mayores riesgos.

Foto 1: La leña puede financiar la apertura de las pistas imprescindibles para la explotación y la selvicultura, como en este robledal del Valle de Mena (Burgos)

Personalmente considero un objetivo muy razonable incrementar el volumen anual de cortas de madera y leña del país a 30 M Tm/año, que podría conseguirse en 2030 sin problemas, si se desarrollara a buen ritmo el mercado la biomasa.

El condicionante principal es que los aprovechamientos pudieran mecanizarse y que los productos pudieran transportarse a los lugares de consumo, que afortunadamente están proliferando en los últimos años.

Dependiendo de las condiciones del terreno, la cuantía mínima aprovechable oscila entre 25 y 40 toneladas por hectárea, de manera que cualquier superficie de monte que dispusiera de unas existencias superiores a 75 mc/ha, y sin duda las que dispusieran de más de 100 mc/ha, y fueran mecanizables, podrían aprovecharse para proporcionar esas 25 a 40 Tm/ha.

Toda la biomasa que fuera posible obtener y trasladar a los centros de transformación y distribución a un coste de 30 y hasta 45 €/Tm (e incluso más dependiendo de la humedad), podría incorporarse al mercado, porque sería competitiva frente a los combustibles fósiles. Evidentemente, el precio del barril del petróleo incide en esto de manera fundamental y existen numerosas variables en juego que deberían considerarse, pero su análisis sólo enturbiaría los resultados principales que quiero mostrar.

De esta manera, pienso que el mercado de madera y leña del país en la próxima década podría incrementarse con una producción de 7 a 15 millones de toneladas adicionales, que alcanzarían un valor de entre 300 y 500 millones de euros, con un crecimiento para el sector del 30 al 50% de las cifras actuales.

Una oportunidad para la selvicultura y la prevención de incendios

La principal ventaja para los montes y sus propietarios sería la prevención de incendios, con la incorporación de la selvicultura y la recuperación de la gestión forestal, para mejorar los bosques existentes.

La extracción de biomasa permite financiar los tratamientos selvícolas que requiere una gran parte de la superficie forestal nacional, siempre y cuando el aprovechamiento se prescriba con la intención de mejorar cada rodal, con criterios técnicos profesionales, y no de maximizar el beneficio de la operación. Los tratamientos más convenientes, en masas en formación como son la mayoría en nuestro país, serían las claras, que redujeran la espesura del rodal liberando espacio para los árboles mejor conformados y más prometedores. El esfuerzo debería centrarse en esos árboles de porvenir, a los que debería mimarse y protegerse, intentando extraer no tanto los árboles dominados, que escasa aportación selvícola tendría, sino aquellos dominantes y codominantes que estorbaran a los más prometedores de cada rodal.

Foto 2: La recuperación del mercado de leña permite abordar los tratamientos selvícolas que requieren los bosques de frondosas, algunos de los cuales podrán proporcionar con el tiempo madera de calidad.

La falta de mercados para los productos forestales durante las cinco últimas décadas ha provocado que una gran parte de las superficies forestales del país se encuentren abandonadas y carentes de gestión, sin que se apliquen los cuidados selvícolas elementales.

El desarrollo del mercado de la biomasa en España ofrece también, por tanto, una oportunidad extraordinaria de recuperar la gestión forestal e incorporar la selvicultura.

Fotos 3 y 4: El aprovechamiento de biomasa ha permitido llevar a cabo la reducción de espesura que requería este pinar de repoblación de Montes de Málaga. El aprovechamiento es plenamente compatible con el intenso uso público de dicho espacio.

La superficie de monte intervenida oscilaría entre 150 y 500 mil hectáreas anuales, dependiendo del nivel de extracción medio, que podría oscilar entre 30 y 50 Tm/ha. Lo deseable para el monte sería mantener ese nivel de extracción en el mínimo posible, pues lo conveniente desde el punto de vista selvícola son las intervenciones frecuentes y de baja intensidad. En una década podría intervenirse sobre 2 a 4 millones de hectáreas, con un efecto extraordinariamente positivo sobre la prevención de incendios forestales.

Necesitamos cambiar el paradigma de la prevención en nuestro país, que no se consigue realizando áreas cortafuegos o costosas labores selvícolas a cuentagotas en macizos carentes de intervención, sino aplicando una selvicultura sencilla y rentable en áreas extensas, superando el abandono de las masas.

Es algo similar a la puesta en resinación de más de 50.000 hectáreas de pinares de negral en el último quinquenio, que hará más por la prevención de incendios sobre 200.000 hectáreas de pinares que todas las áreas y fajas cortafuegos de los últimos veinte años.

Ver: http://enerbioscrub.ciemat.es/en/inicio/-/asset_publisher/a6QrA0aM4nIF/content/avebiom

Foto 5: El proyecto EnerBioScrub, del CIEMAT, y otros ha valorado la utilización del matorral con destino energético.

Una oportunidad para los propietarios forestales

El beneficio inmediato para el propietario del monte no sería muy elevado, porque no obtendría más allá de 10 €/Tm y en muchos casos incluso menos de 3. En cualquier caso, en conjunto representaría unos ingresos anuales de 50 a 75 millones de euros adicionales para los propietarios, que puede significar mucho cuando se está acostumbrado a no percibir nada o casi nada. Y sobre todo, si se toma conciencia del beneficio futuro para el bosque y de verdad se han protegido los mejores árboles de cada finca.

La clave para ello es que los tratamientos se conciban como labores culturales y no como cosecha y que se confíe en una ejecución profesional y responsable. El señalamiento previo y el control exhaustivo de las operaciones de corta y saca, por ingenieros de montes y forestales expertos, resulta esencial para impedir que el maderista maximice su beneficio a costa del futuro del monte.

Una oportunidad para los maderistas y la mecanización del sector

El sector de los maderistas, tan poco desarrollado en nuestro país, es el que mayor repercusión tendría en su nivel de actividad, pues como hemos visto podría llegar a incrementarla en más de un 50%.

Esto repercutiría sin duda en sus resultados anuales, incrementando sus niveles de facturación y mejorando sus márgenes, y les permitiría recapitalizar sus empresas, lo que redundaría en beneficios para todo el sector, pues con ello se profesionalizaría un eslabón clave en la cadena de valor de la madera, que hasta la fecha ha merecido escasa atención.

Considerando una capacidad de proceso anual media de 10.000 a 15.000 toneladas por máquina o equipo, el nivel de cortas propuesto permitiría incorporar al mercado entre 500 y 1.000 nuevas máquinas, entre procesadoras, tractores y autocargadores. Y esto representaría un salto cualitativo fundamental para el sector.

Una oportunidad para el resto de la industria forestal

El desarrollo del mercado de la biomasa, considerando las existencias en madera de nuestro país, lejos de amenazar al resto de la industria, supondría una oportunidad para el fortalecimiento de toda la cadena de valor de la madera. Los motivos son que la dinamización de la actividad forestal por parte de los titulares de explotaciones forestales y montes acabaría beneficiando a todos los eslabones de la cadena. Y el mismo efecto tendría el fortalecimiento del eslabón de los maderistas. Además, la mayoría de los aprovechamientos serían integrados y proporcionarían una diversidad de productos, que cualquier maderista eficiente clasificaría para conseguir el mayor beneficio de cada lote: sierra gruesa, cánter, poste, apea para pasta o tablero y fracción de biomasa para uso energético.

Considerando la forma habitual de realizar los aprovechamientos en España, el destino de la producción no lo establece el titular del terreno, sino el rematante, en función del precio que en cada momento vaya a recibir por los diversos lotes o fracciones. Y de ahí que la dinamización de las explotaciones fuera a redundar en beneficio de toda la cadena de valor y no de uno sólo de sus ramales. La competencia en el precio y las condiciones tecnológicas de cada fracción determinaría al final el reparto de los destinos.

Foto 6: Los centros logísticos de biomasa, como este de Valladolid, son fundamentales para la limpieza, preparación y distribución de la astilla

Nadie duda que la madera es demasiado valiosa para ser quemada, pero permitamos que el mercado, con garantías de buen funcionamiento en la competencia, decida el “uso en cascada” que reciba cada lote de madera.

Una oportunidad para el desarrollo de una nueva cadena de valor: la construcción sostenible

Los sistemas de calefacción con biomasa han hecho posible que numerosos arquitectos reconsideren las soluciones tradicionales en la edificación del país. Frente a los sistemas individuales de calefacción con gas o gasoil, y hormigón y ladrillos, cada vez hay un porcentaje mayor de arquitectos que apuesta por la construcción sostenible y la eficiencia, lo que ofrece oportunidades crecientes a la incorporación de la madera en las diversas fases de la edificación, desde la estructura a los recubrimientos, de la carpintería a la climatización.

La regeneración urbana y la rehabilitación de edificios que requieren la mayoría de las ciudades españolas y especialmente los pueblos de montaña y del interior, a los que todavía prácticamente no ha alcanzado el desarrollo, ofrecen una oportunidad indiscutible para la madera, que debería considerar la procedencia y apostar por la producción local, en línea con los principios de la economía sostenible y circular.

Conceptos como el de “viviendas pasivas”, del alemán “passivehause” (Ver: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Passivhaus) o “sistema de calefacción colectiva”, del inglés “district heating” se irán incorporando a nuestro acervo cultural, con mayor rapidez si los poderes públicos apostaran por potentes campañas de promoción, similares a la francesa, que animo a descubrir:

Ver: http://www.cmpbois.com/articles/france-bois-foret-campagne-communication-2017.html

Una oportunidad para el medio ambiente

Foto 7: Aprovechamiento de leña de roble y haya. Las mejores piezas se aprovechan como madera. Monte Hijedo (Burgos).

Ante las evidencias, cada vez más constatables, de la alteración climática que ha podido provocar la combustión de ingentes cantidades de carbón, gas y petróleo, cobra todo el sentido recuperar la utilización de biomasa con destino energético. Y si apostamos, como parece sensato por la producción local, estaremos además reduciendo nuestra dependencia energética del exterior, responsable del déficit que muestra la balanza comercial, a pesar del magnífico comportamiento reciente de las exportaciones.

Confiemos en que la reglamentación de los Acuerdos de París sobre lucha contra el cambio climático y la normativa que preparan la Unión Europea y el gobierno nacional, y en particular la propuesta de Ley de Cambio Climático y Transición Energética (Ver: http://www.lccte.gob.es/#inicio), sirvan de incentivo a la gestión forestal y a la recuperación de los bosques de nuestro país, con instrumentos de contabilidad sencillos y coherentes.

Trabajemos con profesionalidad en el sector, demostrando que el aprovechamiento de los recursos naturales es plenamente compatible con la conservación de los hábitats y la biodiversidad, para desterrar de una vez por todas de nuestro país infundadas denuncias como la planteada el mes de julio en la comunidad de Madrid (Ver: http://www.europapress.es/madrid/noticia-ecologistas-alerta-tala-14000-pinos-montejo-sierra-medio-ambiente-alega-necesario-20170703123036.html)

Una oportunidad para el empleo … y para los territorios forestales

Finalmente, el uso energético de la biomasa constituye una oportunidad para el empleo, como destacaran en 2012 Comisiones Obreras en su informe: “Sector forestal: propuestas de cambio para la creación de 50.000 empleos

(Ver: http://www.ccoo.es/aa514fbbbb620654f04f710e955dfe4f000001.pdf)

y la Fundación Biodiversidad y el Observatorio de la Sostenibilidad en su “Informe Empleo verde en una economía sostenible” de 2010”:

(Ver: http://empleaverde.es/sites/default/files/informe_empleo_verde.pdf)

Aunque sus cifras puedan resultar desproporcionadas, es evidente que por cada millón de metros cúbicos de madera o biomasa extra que se pusiera en el mercado se crearían alrededor de 300 empleos directos en el medio rural, de manera que los niveles de aprovechamiento propuestos para 2030 permitirían crear entre 2.000 y 5.000 empleos directos.

Dichas cifras sí son corroboradas por el estudio de FAO (2015) titulado “La contribución del sector forestal a las economías nacionales, 1990-2011”:

Ver: http://www.fao.org/3/a-i4248s.pdf

La amenaza de despoblamiento de la España del interior llevó a la creación a principios de este año del Comisionado del Gobierno frente al Reto Demográfico, propuesto en la Conferencia de Presidentes Autonómicos:

Ver:https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2017-915https://es.m.wikipedia.org/wiki/Comisionado_del_Gobierno_frente_al_Reto_Demográfico

Confiemos en que la sensibilidad mostrada por la Comisionada, Edelmira Barreira, a los representantes de Juntos por los Bosques del 15 de marzo, se traduzca en acciones concretas del Gobierno en pro del sector forestal nacional.

Las diferentes ediciones de ExpoBioenergía de la última década, desde la primera celebrada en 2006, han puesto de manifiesto los notables avances del sector, tanto desde el ámbito de la oferta de biomasa, como en el de la demanda. Y en mi opinión ha quedado de manifiesto que la clave para el desarrollo de la cadena de valor es intervenir en la generación de demanda.

Como concluyera Margarita de Gregorio, coordinadora de la plataforma BIOPLAT,

Ver: http://www.bioplat.org/conoce_bioplat.pdf

en la celebración del Día Forestal Mundial, el pasado 21 de marzo, también en Valladolid:

Ver: http://juntosporlosbosques.ingenierosdemontes.org/wp-content/uploads/2017/03/170321_Ponencia_MdG_BIOPLAT_DiaIntBosques.pdf

Trabajar juntos es el éxito” (Henry Ford)

Acerca de Álvaro Picardo

Vocal del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes
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